La agente se negó a usar chaleco oficial
Publicado: 01 Sep 2016, 10:41
La insubordinación de la agente que se negó a usar el chaleco oficial puso en riesgo a los componentes del operativo
El Capitán de la Compañía de Vitigudino (Salamanca) injustamente señalado desde AUGC al exigir el cumplimiento de las medidas de seguridad para un operativo.
Desde la DGGC se ha transmitido la orden de no autorizar el uso de chalecos particulares al no poder garantizar su capacidad de protección puso en riesgo a los componentes del operativo.
Diversos medios de comunicación se han hecho eco estos días de un relato melodramático y nada riguroso ofrecido por AUGC acerca del incidente de una Guardia Civil respecto al uso del chaleco antibalas particular, tanto que según algunos titulares excepcionalmente sensacionalistas dicha Guardia podría entrar en prisión expresamente por ello tras haber sido denunciada por su Capitán.
Ante semejante despropósito y con objeto de arrojar algo de luz sobre la realidad de los acontecimientos desde Unión de Oficiales Guardia Civil Profesional (UO) queremos aclarar algunos detalles fundamentales esenciales para la mejor comprensión de los hechos.
En primer lugar, conviene explicar que bajo ningún concepto la guardia civil podría entrar en prisión por llevar un chaleco femenino, pues el motivo por el que se ha recurrido a la justicia militar es por negarse a obedecer la orden explícita del Oficial de usar el chaleco oficial adjudicado como, previamente, le habían comunicado tanto el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales como la Comandancia de Salamanca.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 4 de agosto cuando ante la realización de un control en la autovía A-62, la referida guardia solicitó poder usar bajo su responsabilidad su chaleco particular. El oficial se negó recordándole que tanto el Jefe de la Comandancia de Salamanca como el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, a instancias de la Dirección General de la Guardia Civil, ya había denegado su solicitud obligándola a usar el chaleco oficial más adecuado a su fisonomía hasta que pudiera adjudicársele uno específico femenino.
En este sentido, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales contestó a la solicitud de la Guardia Civil implicada informándole que el modelo estándar unisex de dotación oficial era perfectamente válido para suplir al específico femenino debiendo portarlo, por tanto, hasta la adjudicación de uno femenino.
Conviene recordar que, desde la propia Dirección General de la Guardia Civil se ha señalado que los chalecos oficiales reúnen todas las garantías de seguridad y protección pues han sido previamente testados. Es más, este es el motivo por el cual el Estado Mayor de la Guardia Civil había ordenado no autorizar el uso de chalecos particulares al no estar controlado su estado, capacidad de protección, superficie de cubrición y caducidad, entre otros aspectos.
Sin embargo, la citada guardia, delante de todos lo componentes del operativo, hizo caso omiso de la orden directa de su superior, dejándolo en evidencia, y prestó servicio con su chaleco particular alegando que el de dotación le dificultaba el acceso al arma, algo incierto dado que otros componentes de complexión muy similar no tienen ningún problema para manejar arma y grilletes. Cuando el oficial al mando comprobó los hechos retiró a la agente del servicio al no poder garantizar su seguridad e inició el correspondiente procedimiento por insubordinación.
Resulta meridianamente claro que incumplir las órdenes de un cargo superior, ya sea en el sector público o en el privado, tiene algún tipo de consecuencias para quien infringe sin que esto sea motivo de indignación o estupor por parte de nadie. Todo ello forma parte del compromiso social que nos obliga a cumplir la normativa vigente y, en caso, de disconformidad con las mismas, hay una serie de cauces adecuados para solicitar su modificación pero, en ningún caso, la desobediencia puede admitirse como alternativa válida, especialmente entre quienes hacen y deben hacer cumplir la ley.
Evidentemente, la Unión de Oficiales (UO) es partidaria de que se dote adecuadamente de chalecos femeninos a todas las Unidades que lo necesiten pero, mientras tanto, lo prioritario es mantener la seguridad e integridad de los guardias civiles que prestan servicio, máxime en un nivel 4 de alerta antiterrorista y no correr ningún riesgo con prendas que pueden estar inadecuadamente homologadas.
Con todo, sensacionalismos aparte, la realidad es que hay que prestar el mejor servicio posible con los medios disponibles y, por supuesto, cumpliendo cuantas órdenes, normas y disposiciones legales sean de aplicación no procediendo el cumplimiento o incumplimiento de las mismas a nuestro antojo o por simple comodidad.
De lo contrario, imagínense que algunos prefiriesen patrullar con su vehículo particular al considerarlo más cómodo que el oficial o que prescindiesen de la uniformidad para portar pantalones y camisetas por el mismo motivo.
Por todo ello, desde UO siempre nos hemos sumado a la petición de más y mejores medios para los guardias civiles pero desde la responsabilidad y la coherencia. Bajo ningún concepto apoyaremos medidas ni actitudes contrarias al espíritu y naturaleza de todo servidor público, ni, por supuesto, que la búsqueda del titular mediático ponga en riesgo la seguridad e integridad tanto de la afectada como del resto de componentes del operativo.
Por último, recordar que el Capitán, está siendo linchado mediáticamente cuando no hace sino cumplir con lo dispuesto por el Mando de Operaciones y del Estado Mayor de la Guardia Civil que han ordenado no autorizar el uso de material particular pero que, incomprensiblemente, permanecen impasibles ante el incumplimiento de sus disposiciones y ajenos a la defensa de quien exige su aplicación.
UNIÓN DE OFICIALES GUARDIA CIVIL PROFESIONAL
Madrid, 31 de agosto de 2016
El Capitán de la Compañía de Vitigudino (Salamanca) injustamente señalado desde AUGC al exigir el cumplimiento de las medidas de seguridad para un operativo.
Desde la DGGC se ha transmitido la orden de no autorizar el uso de chalecos particulares al no poder garantizar su capacidad de protección puso en riesgo a los componentes del operativo.
Diversos medios de comunicación se han hecho eco estos días de un relato melodramático y nada riguroso ofrecido por AUGC acerca del incidente de una Guardia Civil respecto al uso del chaleco antibalas particular, tanto que según algunos titulares excepcionalmente sensacionalistas dicha Guardia podría entrar en prisión expresamente por ello tras haber sido denunciada por su Capitán.
Ante semejante despropósito y con objeto de arrojar algo de luz sobre la realidad de los acontecimientos desde Unión de Oficiales Guardia Civil Profesional (UO) queremos aclarar algunos detalles fundamentales esenciales para la mejor comprensión de los hechos.
En primer lugar, conviene explicar que bajo ningún concepto la guardia civil podría entrar en prisión por llevar un chaleco femenino, pues el motivo por el que se ha recurrido a la justicia militar es por negarse a obedecer la orden explícita del Oficial de usar el chaleco oficial adjudicado como, previamente, le habían comunicado tanto el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales como la Comandancia de Salamanca.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 4 de agosto cuando ante la realización de un control en la autovía A-62, la referida guardia solicitó poder usar bajo su responsabilidad su chaleco particular. El oficial se negó recordándole que tanto el Jefe de la Comandancia de Salamanca como el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, a instancias de la Dirección General de la Guardia Civil, ya había denegado su solicitud obligándola a usar el chaleco oficial más adecuado a su fisonomía hasta que pudiera adjudicársele uno específico femenino.
En este sentido, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales contestó a la solicitud de la Guardia Civil implicada informándole que el modelo estándar unisex de dotación oficial era perfectamente válido para suplir al específico femenino debiendo portarlo, por tanto, hasta la adjudicación de uno femenino.
Conviene recordar que, desde la propia Dirección General de la Guardia Civil se ha señalado que los chalecos oficiales reúnen todas las garantías de seguridad y protección pues han sido previamente testados. Es más, este es el motivo por el cual el Estado Mayor de la Guardia Civil había ordenado no autorizar el uso de chalecos particulares al no estar controlado su estado, capacidad de protección, superficie de cubrición y caducidad, entre otros aspectos.
Sin embargo, la citada guardia, delante de todos lo componentes del operativo, hizo caso omiso de la orden directa de su superior, dejándolo en evidencia, y prestó servicio con su chaleco particular alegando que el de dotación le dificultaba el acceso al arma, algo incierto dado que otros componentes de complexión muy similar no tienen ningún problema para manejar arma y grilletes. Cuando el oficial al mando comprobó los hechos retiró a la agente del servicio al no poder garantizar su seguridad e inició el correspondiente procedimiento por insubordinación.
Resulta meridianamente claro que incumplir las órdenes de un cargo superior, ya sea en el sector público o en el privado, tiene algún tipo de consecuencias para quien infringe sin que esto sea motivo de indignación o estupor por parte de nadie. Todo ello forma parte del compromiso social que nos obliga a cumplir la normativa vigente y, en caso, de disconformidad con las mismas, hay una serie de cauces adecuados para solicitar su modificación pero, en ningún caso, la desobediencia puede admitirse como alternativa válida, especialmente entre quienes hacen y deben hacer cumplir la ley.
Evidentemente, la Unión de Oficiales (UO) es partidaria de que se dote adecuadamente de chalecos femeninos a todas las Unidades que lo necesiten pero, mientras tanto, lo prioritario es mantener la seguridad e integridad de los guardias civiles que prestan servicio, máxime en un nivel 4 de alerta antiterrorista y no correr ningún riesgo con prendas que pueden estar inadecuadamente homologadas.
Con todo, sensacionalismos aparte, la realidad es que hay que prestar el mejor servicio posible con los medios disponibles y, por supuesto, cumpliendo cuantas órdenes, normas y disposiciones legales sean de aplicación no procediendo el cumplimiento o incumplimiento de las mismas a nuestro antojo o por simple comodidad.
De lo contrario, imagínense que algunos prefiriesen patrullar con su vehículo particular al considerarlo más cómodo que el oficial o que prescindiesen de la uniformidad para portar pantalones y camisetas por el mismo motivo.
Por todo ello, desde UO siempre nos hemos sumado a la petición de más y mejores medios para los guardias civiles pero desde la responsabilidad y la coherencia. Bajo ningún concepto apoyaremos medidas ni actitudes contrarias al espíritu y naturaleza de todo servidor público, ni, por supuesto, que la búsqueda del titular mediático ponga en riesgo la seguridad e integridad tanto de la afectada como del resto de componentes del operativo.
Por último, recordar que el Capitán, está siendo linchado mediáticamente cuando no hace sino cumplir con lo dispuesto por el Mando de Operaciones y del Estado Mayor de la Guardia Civil que han ordenado no autorizar el uso de material particular pero que, incomprensiblemente, permanecen impasibles ante el incumplimiento de sus disposiciones y ajenos a la defensa de quien exige su aplicación.
UNIÓN DE OFICIALES GUARDIA CIVIL PROFESIONAL
Madrid, 31 de agosto de 2016