CUCUFATO EN CHICAGO.-

Asuntos que no son de interés general ni objeto de debate... UN POCO DE TODO

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jeronimo
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CUCUFATO EN CHICAGO.-

Mensaje por jeronimo »

Por lo general los excesos se pagan. Por lo general y en todos los ámbitos de la vida. Incluso en la nuestra, tan peculiar y abnegada ella. ¿ Qué, que no ?. Casi seguro que sí y casi seguro que a todos nos ha pasado en alguna ocasión. Las navidades, una despedida, general, aunque sea a escote, de General, una boda en general, incluso de General, un cumpleaños, una buena compañía de los colegas del gimnasio, en fin, que ocasiones no faltan.

Las navidades, sobremanera, suelen ser propicias al exceso. Al menos de comida y alguno de bebida. Incluso por la zona colegial civilera, a horas intempestivas, acompañamiento inadecuado y subalternas ligerillas de ropa, aunque sea un puntito por debajo del general, o General. Pero hay otros aspectos que tampoco deben de dejarse olvidados. Eso si quiere la mujer, que esa es otra. Pero vamos a lo que nos interesa ya que lo otro es personal y para la mayoría de nosotros, intransferible. Sin embargo para otros, los que están en el norte y que iban en la anterior legislatura coaligados haciendo trío, al haber visto que sus madres, aunque no llegaron a trabajar por la zona de Valdemoro City pero sí en la misma actividad, se dedicaban a traer dinero relativamente fácil a casa para pagarles estudios y vicios, pues a lo mejor siguiendo la tradición familiar, incluso permiten que sus paisanas hagan lo mismo que hicieron sus madres y que ahora están tan callados, pues “su” nación no se ha desintegrado sin ellos, aunque no obstante, ahora han cambiado la estrategia. El silencio.

Esos mismos que por un puñado de votos hacen o consiguen que a los “suyos” y con denominación de origen francaise se les donen altruistamente la nada despreciable cantidad de 7 milloncejos de euros que, ciertamente, les han de saber rico rico. Incluso sin echarle perejil. La ricura, esta vez, se llama Centro de Investigación e Innovación de Ciencias Gastronómicas. Vamos, una universidad de lo más fino y que nos da prestigio a nivel internacional. Una pocholada de nombre e incluso de apellidos con lo que está sucediendo en estos momentos por este país con millones de personas que no tienen que llevarse a la boca por sus propios medios de trabajo. Así pues, mientras muchas familias españolas las pasan “canutas”, seamos finos y no nos acordemos de sus madres, para llegar a fin de mes, “otros” mandando miembros al jurado del certamen Bocuse d´Or. Para la próxima, a celebrar en Ginebra, miembras que queda como muy fino y chulipingui

La avenida era grande, larga y ancha. Fuera de las fiestas tiene una media de unos 10 ó 12 bares abiertos hasta las tantas de la madrugada. Pero en fin de año, apenas los coches circulan, y no sólo los coches, taxis ni se veían. Incluso los dueños de los bares con sus respectivos camareros y camareras también tienen derecho a comerse las uvas, reglamentarias, en casa con sus familias aunque, como todo en la vida, no todos pudieron hacerlo y otros con menos poder adquisitivo, verde y azul en concreto, lo hicieron a hurtadillas vestidos con el traje de faena jugándose el tipo.

Sobre la una de la madrugada, más o menos, y unas vez tomadas y pasadas las doce salió el matrimonio de casa tras haberse dado ambos una buena ducha ya que el frío era acuciante. Una buena y rápida ducha incluidos los bajos, poniéndose ambos las prendas íntimas rojas propias de esa fecha. Y bien vestidos, él con un traje claro y cazadora de cuero negra. Ella un vestido largo de noche color negro con su abrigo a juego y una bufanda blanca, de una boda perdida ya y de separación casi inmediata La cosa no pintaba bien para él, por eso del atracón de lengua que se había metido el día anterior, pero tampoco era cuestión de darle la noche a la mujer, habían quedado con unos amigos y era obligado cumplir con los colegas. Mejor dejar el coche en el garaje por el tema de las alcoholemias, puesto que no eran jueces en activo y así lo hicieron. Cruzaron una pequeña calle y enfilaron la larga avenida. A unos cuantos cientos de metros estaba el cajero automático. Bueno, hubo suerte y funcionaba. Entró en el habitáculo a sacar dinero. Tecleó el número secreto. Él, desde fuera, observaba la operación.

.- Mira que es lenta esta mujer -pensó-.

Volvieron a sonar las teclas de nuevo en el silencio de la noche.. Tic, tic, tic, tic.

.- ¿Qué pasa Virtudes ¿.
.- Nada, que no marqué bien el número.

.- Buenas noches, feliz año.
.- Güalmente..

Otra pareja hacía cola para lo mismo, sacar dinero al objeto de alimentar a los pobres banqueros que el año pasado apenas obtuvieron beneficios, vamos, la ridícula cifra de unos siete mil limpios. De millones y de euros, eso sí. No fueron libras esterlinas. Aunque los libres, otros lo tienen bastante más complicado y por el módico precio de una soldada. Y quizá leyendo más libros, los libres serían más descansados y más libres. Una pena, ya que los de las cortes no se cortan cuando de recortes se trata, aconsejados por los antiguos lectores de libros del curso de orientación universitaria y que hacen de los libres y de las horas correspondientes a los libres, o invirtiendo los términos, las horas trabajadas para obtener los libres, un caballo de batalla y no precisamente de Salado.

La madre que te parió a ti, al número, al cajero y al director de la sucursal. Aquello iba lento pero inexorablemente debía de caer, como todo, por su propio peso. Bien pensaba que le iba a dar tiempo. El problema era ¿ dónde ?. Ello para fuera y él haciendo lo imposible pero para dentro. Por fin salió y el marido le entregó la cartera, por si las moscas, mejor que llevara ella todo en el bolso. Ambos continuaron avenida adelante. Pero parecía la 5ª de New York. Y sin taxis, Y sin autobuses y sin bares abiertos. Un desastre. Y cuando aquello aprieta, lo hace con ganas, como los gobernantes, sin cortarse, parece que tiene vida propia, como los embalses en invierno y las restricciones de agua en verano. No hay forma colega. El colega, tras el pasaje de la Biblia, bien pudo acordarse de Jesucristo y hacer mención a lo de “ Dios aprieta, pero no ahoga “. Será a Dios, porque ij´amía, a él bien que le apretaba.

Unos metros más adelante había varios contenedores, de basura, papel, vidrio y entre ellos un pequeño hueco. Y aquello seguía apretando, como si fuera el consejo. O un consejo.

.- Aquí mismo. – Pensó -.

Vaya por Dios, la pareja que sacó dinero con posterioridad se acercaba. Y ello también pero no podía hacer el ridi, en plena noche de cambio de año. Y siguió aguantando. Les dejó pasar con la cara similar a la de la premio nobel con cuatro master en economía, dos carreras – teleco y abogacía - y tres licenciaturas, todo ello realizado en cuatro años académicos, la mejor, la única, la inimitable, yo por mi gente MAAATTTOOO. M´entiendeees ? Para esta España cañí –eskiusmi- actual, tan progresista, tan moderna y tan snob, un icono la tía y un icono de cara de la tía. O sea, los contenedores, descartados. En la acera de enfrente había un edificio de hacienda, el sitio ideal ya que es de todos y dentro de esos todos a casi todos les sube el irpf, mientras que a otros pocos, trescientos cincuenta y autonómicos, se lo bajan y encima se aumentan, al unísono y por unanimidad el sueldo en unos cuantos cientos de euros de más. Cruzó la carretera.

Se agarró para subir por los hierros que delimitaban el edificio a obscuras y en ese momento sonó en el silencio de la noche cerrada, fría y negra como y si Dios quiere, el futuro que les espera a los subidores del irpf. El ladrido del perro le dejó petrificado, un doberman más negro que las conversaciones consejeras donde se castiga a los malos niños aconsejantes poniéndoles contra la pared, y así es difícil negociar. Tío, La madre que parió al perro. Soltó los barrotes y volvió a cruzar donde estaba la mujer, pero a paso lento, como los regulares de Ceuta. Ella se partía de risa lo que él sujetaba y apretaba con ahínco. Ciertamente que no le cabía ni un alfiler. Si se lo mete, lo del cementerio de los residuos nucleares tan disputado últimamente por razones altruistas obvias, una mariconada a su lado. Podía haber ido un poco más rápido, pero las circunstancias obligaban a ir lento. Le gustaría correr más, tanto como la pisa huevos en los desfiles cada vez que pasa revista a las tropas, pero disminuyó el paso.

Se desabrochó un agujero del cinturón, todo lo contrario que los Pobres Sufridores Obreros Españoles, y aquello se calmó un poco. Pero muy poco, apenas nada. Su mente estaba centrada en el problema y en estos casos es conveniente dejarla volar, que salga por si misma, que mane, que se expanda, que fluya por esos mundos de Dios la imaginación. Al momento pensó en los directivos del aleti. La última putada que habían hecho al hombre. Los norteamericanos llevan varios años intentando detenerlo pero, creo que se llama Cerezo, hizo lo mejor que pudo respecto de él. Le nombró socio honorario del club. Detenerlo no lo detendrán, pero el elemento ese no se va a ir de este mundo sin sufrir. El barbas ese de las narices. Y si he de pedirle perdón lo haré. Lo hizo en su momento la dama que no aspira al poder, ni central ni autonómico, O sea, que ya te pido perdón anticipadamente Osama.

Hijoputa.

Esos pensamientos le liberaron momentáneamente de la salida, la misma que tiene un novio con su novia cuando se ven, se besan, se acarician y se fo fo …formulan deseos a la larga incumplidos, por primera vez íntimamente, pero en este caso era al contrario, que no salga por Dios que no salga. Todavía. Continuó pensando, que parece que aquello no apretaba tanto, y lo hizo con Marco Tulio, unos de los capataces romanos que estuvo en su día en la obra del acueducto de Segovia. Por lo de la memoria histórica había que desenterrar las tumbas de la familia. Ahora la familia entera y tan lejana ya del Marco Tulio está en la cola del paro. Y como cuatro millones y alguno mil tampoco encuentran trabajo. Pero España –eskiusmi-, en breve va a salir de la crisis y pronto se verán los primeros brotes verdes. Aunque más se inclinaba a que serán marrones los próximos. Se verá. Bueno, lo verá él solo ya que no es cuestión de difuminar a los cuatro vientos lo que ha de salir. En la intimidad como hablaba el otro, eso sí.

Desconocía las sensaciones que siente una mujer al parir. En algo tenía que pensar para paliar el problema. Creo que la mayoría de nosotros no lo sabemos, los hombres. A lo sumo, estar presente en el parto y eso es ya mucho sentir y mucho estar. No lo sentimos físicamente aunque solamente nos lo podemos imaginar. Aunque por otra parte, el parir paridas, aunque físicamente no las sentimos, las sufrimos. Cada día nos sorprenden con una nueva. En esta materia, nos sacan tres nuevas normas, en la otra, cinco así las paridas son notorias y diarias, pero igualmente necesarias para desviar la atención de los problemas acuciantes. Ahora por la zona del sur, dan a elegir como parir a las mujeres, la posición, con epidural o sin ella, en la piscina, de pie o sentadas. Y las abuelas de antaño lo hacían, el parir y casi todo, en el huerto, en la cuadra o en el pajar, e incluso en la cama. Las que disponían de presentes con matrona, que quedaba como más güai.

A unos cien metros, el rótulo estaba encendido. Rezando iba para que el bar estuviera abierto. Se oía bullicio y menos mal que no se equivocó. Era un restaurante de cuaichanes. Los de los ojos rasgados. Al parecer lo había alquilado gente sudamericana y allí estaban pasando el fin de año ya que no pudieron desplazarse a sus países. Cosillas que pasan por esos aeropuertos y cosillas que pasan con el precio de los pasajes y sobre todo por la gestión del director, director de directores. Esto, sólo pasa aquí. Abrió la puerta y le recibió el encargado.

.- ¿ Puedo utilizar el baño ¿.
.- Pol fabol, pase usté. Alá lo tiene – señalando con el dedo al fondo -.

El local durante el resto del año hacía las veces de restaurante chino y esa noche sonaban entremezcladas en varios tocadiscos del año que reinó Carolo cumbias, lambadas, boleros y habaneras al unísono. Ponía que no se podía fumar, pero allí no es que fumara Dios, es que incluso lo hacía su hijo. Todo Cristo fumaba. Los baños estaban al final de la sala, mens y leidis. Y lo que él llevaba en su interior cual parturienta a punto, a punto de no tener que desplazarse 120 kilómetros para dar a luz, por eso de los seguros médicos que ahora pretenden recortar, ya veía el final. Pero otro contratiempo añadido. Ambos ocupados. Aquella para fuera y él metiendo lo que no está escrito en los escritos. Se puso a rezar. Padre nuestro que .estás en los cielos. Cada cual reza donde puede y donde quiere. Unos, en Estados Unidos aunque sean agnósticos e ignorantes, dicho sea de paso por separado, e invitados de segunda, otros en las puertas del baño e incluso otros lo hacen frente al feretro de su hijo fallecido en tierras de los perros afganos, tan bonitos ellos, con ese pelo largo, brillante y resplandeciente..

Un minuto y nada. Otro minuto y nada. Por fin quedó libre el de las damas. Hizo mención de entrar, pero una mujer más pintada que los indios atacando al séptimo de caballería se coló al mismo. Y con todo su derecho. El rezo se convirtió en juramento y el cabreo iba en aumento. Otro minuto y nada de nada. Ya estaba a punto de explosionar cuando se abrió la puerta del de caballeros y salió quien lo ocupaba con la nariz ligeramente blanquecina. Se metió y cerró. Todo entero para él y todo entero desde la taza hasta prácticamente la totalidad del suelo, mojado.

Pero en esos momentos eso no importaba. Se quitó la cazadora de cuero y la mordió con los dientes suavemente, como una leona a su cría, con delicadeza, como nos tratan a nosotros estos snobfes de tres al cuarto, para tener las manos libres. Nerviosamente se desabrochó la correa, la cremallera y jaló para abajo de todo. Y al jalar todo bajó, con la rapidez de la bomba bajo los bajos del coche. De manera que por las prisas propias del momento, no apuntó bien ni acertó al buherillo y entonces, ya no todo era líquido, sino una mezcolanza, una especie de amasijo y revoltijo, como en las cajas de galletas fontanea, una variedad. Hasta que pudo sentarse en la taza mojada. Qué asco pensó. Pero lo importante era que estaba y pudo llegar allí. No alá, sino allá. Esos momentos, ciertamente, no se pagan con dinero Y ciertamente que con poco nos conformamos.

El slip y, en su parte trasera y los bajos, los pantalones hechos un cristo. Los calcetines y los zapatos, otro. Pero había que soltar amarras y bien que fueron soltadas. El goce de ese hombre indescriptible y a lo mejor todos hemos pasado por esos momentos tan emotivos y gratificantes, incluso íntimos. Se puso a llorar de satisfacción. A llorar repasando y visualizando la carnicería que acababa de hacer, obligada por otra parte. Y a la vez recordó al carnicero y la lengua del carnicero.

.- ¿ Qué quiere hoy el señor, rabo o lengua ¿
.- Mi mujer dice que los dos quitan el hambre.

Y le puso lengua.

Qué pensamientos oye. Por fin aquello pudo explosionar en toda su extensión de manera que se quedó el hombre ancho, a gustito como el torero, pletórico, lleno de felicidad y la verdad es que no era para menos. Cuando menos lo esperas, ¡!! Zas ¡!!, salta la liebre y con cualquier cosa inesperada llegamos a gozar como niños, abandonando lo realmente importante o acucioso y distrayéndonos en tonterías de las que ningún resultado obtenemos, al menos en principio.

Pero ahora tenía otro problema añadido. El primero y acuciante acabó resuelto, sin embargo el segundo no. Miró arriba. Miró abajo, a la izquierda y a la derecha y todo lo que vio fueron unos cuantos recipientes de plástico desechables de envasar bebida, tipo cocaloca u cerveza o incluso cogñac, apilados uniformemente. Pero no había papel, ni pa´l cigarrito de la risa tonta ni pa “lo otro”. Lo del cigarro nunca lo entendió, ahora lo importante era el otro tipo de papel. O sustituto. Na de na en el habitáculo.

.- Toc, toc, toc.

Sonaron fuertes los golpes. Pero mantuvo silencio el hombre, Se veía solo, impotente, sentado en una taza y medio desnudo. Se imaginó en un país extranjero, acojonado, sin saber que hacer aunque sabía que acababa de hacerlo y bien hecho. Por ello mismo pensó en pedir que sus hijos fueran al colegio y al comedor del colegio gratis, que no pagaran dinero por los libros, mismamente de un país norteafricano, mismamente sudamericano, o centro americano. Se vio pidiendo instalar una iglesia en un país de otra religión, se vio solicitando subvenciones estatales para ayuda a pagar el piso, se vio solicitando becas para sus hijos y subvenciones para sus hijos menores en cuestión de acogida. Se vio hablando junto con sus hijos su idioma en su país natal, pero nada de ello era posible. Él y los suyos eran españoles. Qué cosas tiene la vida. Esa vida en la que durante años y años cotizas como un cabroncete y ahora te recortan y volverán a hacerlo en cuanto baje la cantidad. Esa vida en la que ves como todo hay que multiplicarlo por 17. Y 17 son muchos múltiplos de uno.

Y no abrió. Pero tampoco encontró papel. Tela la situación. No le quedaba otra, aunque los beneméritos tienen salida para todo. Se quitó la camisa y a continuación la camiseta interior. Y la camiseta interior hizo las veces de exterior. No de asuntos, que esa está bastante devaluada. Limpió con ella lo que tenía que limpiar y la tiró con desdén tras la taza. Junto a ella, quedó el slip rojo, aunque con el tiempo el rojo se ha ido desvirtuando, lentamente, pero de rojo ya no tiene nada. Tan de moda ahora el color. También pensó, ya que de tiempo disponía, que fuera del color rojo nada tiene cabida. Todo lo que suene a sueños y vivencias pasados que no fueran en color rojo, no tenían cabida. Y por lo tanto su destrucción y sustitución ha sido lenta pero segura, con cámaras y publicidad o sin cámaras, nocturnidad y alevosía.

Igualmente se vio inaugurando embajadas en el beneplácito extranjero, una tras otra y poniendo al frente de alguna de ella a gente de su confianza, designando libremente a sus ocupantes. Se vio creando casas del pueblo con sus pueblerinos dentro y saliendo al extranjero de tournes de semanita en Nueva York gastando cuarenta y cinco mil euros; también se vio dirigiendo al frente de 17 filarmónicas con su batuta. En esos momentos íntimos, se ven muchas cosas. Y recurriendo a 17 defensores de la nada. Todo se lo imaginaba multiplicado por diecisiete. Que no es poco.

Al levantarse de nuevo, para acabar de fastidiarlo, se le rompió un punto. Tres días antes y con ocho meses de antelación, le habían operado de fimosis y eso que él nunca ejerció de Pirata por tierras catalanas. Sí, esas que a otros se las hacen cuando tienen meses. Y por el punto, manó sangre. Pero menos que la que brota de los excesos de velocidad o incluso de las alcoholemias, esos puntos que nunca sirven para financiar las seguridades sociales, las tournes, los sueldos de 18.000 euros al mes, e incluso algo menos, las filarmónicas y también las embajadas. Las productividades y las dietas, los hoteles de 5 estrellas, aunque no sean mau. Pilló dos vasos de plástico, los rellenó hasta casi el borde y los cerró herméticamente y también recordó quienes serian sus destinatarios. Las verdad es que si llegan a entrar los profesionales del asunto hacían allí una escabechina escribiendo, pero tampoco ello sería muy cierto caso de que acudieran los de pucela, tan denostados últimamente, ahora habrá que saber si ellos o quien los manda. La justicia, al parecer, dará o quitará razones

Abandonó el local todo lo más aprisa que pudo y en la calle le esperaba la mujer descojonándose de risa, Y no era para menos, Volvieron a casa y se cambió de ropa, no sin antes comentarle la odisea vivida y aunque tarde, salieron a tomar esa copa que tan cara pagó más tarde. Y pensando, pensando, pensó en lo que había leído, que le iban a cortar la cabeza al presidente de alguna asociación. Si no es un globito sonda, y para dar ideas, que no se anden con mariconadas y por eso de la memoria histórica, no pensemos en el ahorcamiento ni en el garrote vil, que eso pertenece al pasado reciente y no es de color rojo, pensemos en los enemigos de los amigos del norte y si tenemos suerte, volveremos a restaurar la guillotina, que según alguno, algunos, se lo tienen merecido. Que la hagan doble, por eso del ahorro, y metan dos cabezas en el mismo saco y de una tacada o guillotinada. La del Presidente y la de Ruiz. Ahora bien, volveremos atrás de nuevo y utilicemos la sierra manual del bricolage, para quienes quieren y pueden, si quieren, cortar cabezas. Más que nada para aserrar la punta.

De los cuernos.

Otro día contaremos el destino que le dio el hombre a los dos botes de plástico, rellenados y herméticos. Uno lo diré, el otro no. Se llegó a correos, la de cartas y paquetería, no la otra, y lo introdujo en una caja habilitada para ello. Sabía que a mucho no tocarían, por la cantidad de los que son ellos y por la cantidad de lo que aquello contiene. Pero al menos 67, mítica cifra para estar vistiendo el traje de faena, aunque sea a una cucharadita para cada uno, seguro que lo iban a probar Y seguro que no iban a hacer ascos, más que nada por que están enfrascados en ello a diario. Se lo mandó al Presidente. Más que nada para que no desentone el contenido con el continente La dirección era, creo recordar, el edificio de una calle de Madrid, muy visitada No puso el C.P. ya que todos saben donde está dicha calle y el susodicho edificio. Y los que en ella trabajan. Que se lo repartan como puedan, que el resto, bien se lo saben repartir. Dicha calle tiene nombre de Santo, tan denostados ellos ahora. Calle o carrera de San Jerónimo.

Y ahora la pregunta del millón. ¿ Estarán estos gobernantes capacitados para sacarnos de la crisis ¿. Quizá sea una pregunta muy larga para ellos. Acortémosla.

Simplemente ¿ están capacitados ?.

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depeche
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Re: CUCUFATO EN CHICAGO.-

Mensaje por depeche »

insuperable................sigo sacando tus narraciones por impresora y pinchandolas en el tablon de anuncios de mi unidad.

en muchas he tenido que sacar mas copias..........por peticion de visionarios vestidos de verde, de todas las escalas y empleos.

un saludo amigo mio.

pd: ganaremos la guerra..............al final.............lo haremos...........no lo hemos hecho antes...........por que tenemos dignidad y honor y queremos ganarla sin usar sus medios.
"Rebelarse es el más sagrado de los derechos y el deber más indispensable." Marquis de La Fayette.



"EL unico simbolo de superioridad que conozco, es la bondad"

Piratabcn
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Re: CUCUFATO EN CHICAGO.-

Mensaje por Piratabcn »

Jerónimo, como siempre "genial", y quien te conozca o analice tus escritos, estoy completamente seguro que sabrá extraer de ellos su buena e inteligente "Moraleja",...leyéndote queda uno pleno de sabiduría por tí aportada, amigo y compañero.
Un afectuoso saludo. :wink:
¡¡¡UNIDAD DE ACCIÓN DE TODAS LAS ASOCIACIONES DEL CUERPO!!!

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