Los caprichos infantiles del Director General
Publicado: 04 Jul 2015, 12:11
Los caprichos infantiles del Director General
Durante la ceremonia de graduación del I Máster en Seguridad Operativa, ese título creado ex profeso que pagamos entre todos para que sólo pueda hacerlo una selecta élite minoritaria de la Guardia Civil, el Director General se tomó su particular revancha contra las asociaciones profesionales con unas declaraciones tan insidiosas como fuera de tono.
Literalmente afirmó, puede consultarse en el apartado de comunicación institucional de la Intranet, que “no parece muy acorde con los tiempos que vivimos abandonar la defensa de aquellos a los que representamos porque no nos guste la postura que se adopte: “la retirada nunca, por encima de todo el debate, lo contrario son caprichos infantiles”, en relación a los recientes sucesos acaecidos en el Consejo de la Guardia Civil, cuando la mayoría de asociaciones abandonaron la sesión de dicho órgano.
Nos deja atónitos que hable de "abandonar la defensa de los que representamos" alguien que durante la tramitación de la recientemente aprobada Ley de Personal de la Guardia Civil ignoró sistemáticamente la opinión de las asociaciones profesionales plegándose a los intereses egoístas de la cúpula militar de la Dirección General. Únicamente el apoyo que nos prestaron algunos grupos políticos de oposición consiguió moderar el tono del articulado, manifiestamente injusto y discriminatorio con una promoción interna que, aunque no lo parezca, también está representada por el mismo Director General.
El amparo que presta a esta política cainita fomenta, en perjuicio de la Institución, una división de intereses que lastra sobremanera la evolución y progreso de la Guardia Civil como Fuerza y Cuerpo de Seguridad del Estado. El caso más elocuente lo tuvimos no hace mucho, cuando una Orden Ministerial equiparaba a los subinspectores de Policía con el nivel de grado universitario, por otro lado un ejemplo más que admirable de cómo reconocer a la promoción interna para beneficio de toda la Institución. En cambio, la Guardia Civil tuvo, una vez más, que ir a remolque y gracias a la presión de las asociaciones profesionales que clamaron ante semejante discriminación, se está trabajando en ofrecer una solución similar para los guardias civiles.
Podríamos citar muchos más ejemplos de agravios comparativos (alféreces, ascensos honoríficos en el ejército, consolidación de nivel en la policía, etc.) que denotan un alarmante abandono de la defensa de quienes representa pero preferimos no hacerlo y seguir trabajando.
La Unión de Oficiales no clama venganza sino justicia y, en consecuencia, una mejor Guardia Civil para todos. Para ello, creemos firmemente en la utilidad del Consejo de la Guardia Civil como herramienta para ello siempre que se respete la legitimidad y representatividad de sus miembros así como las normas que desarrollan su funcionamiento interno, otorgándole el papel que merece.
Sin embargo, los últimos acontecimientos ponen de manifiesto que la voluntad de la Dirección General es convertir al Consejo en una mera comparsa y para ello no duda en reprimir por vía disciplinaria cualquier forma de protesta o disidencia contra la peligrosa deriva que está tomando este foro de representación.
Quizás, por ello, conviene recordarle al Director General que por encima de todo está el debate, cuando es posible y hay voluntad de diálogo entre las partes y que, lo contrario, no son caprichos infantiles, sino la imposición y el autoritarismo; especialmente cuando se tienen todos los recursos para ello.
UNIÓN DE OFICIALES GUARDIA CIVIL (UO)
Durante la ceremonia de graduación del I Máster en Seguridad Operativa, ese título creado ex profeso que pagamos entre todos para que sólo pueda hacerlo una selecta élite minoritaria de la Guardia Civil, el Director General se tomó su particular revancha contra las asociaciones profesionales con unas declaraciones tan insidiosas como fuera de tono.
Literalmente afirmó, puede consultarse en el apartado de comunicación institucional de la Intranet, que “no parece muy acorde con los tiempos que vivimos abandonar la defensa de aquellos a los que representamos porque no nos guste la postura que se adopte: “la retirada nunca, por encima de todo el debate, lo contrario son caprichos infantiles”, en relación a los recientes sucesos acaecidos en el Consejo de la Guardia Civil, cuando la mayoría de asociaciones abandonaron la sesión de dicho órgano.
Nos deja atónitos que hable de "abandonar la defensa de los que representamos" alguien que durante la tramitación de la recientemente aprobada Ley de Personal de la Guardia Civil ignoró sistemáticamente la opinión de las asociaciones profesionales plegándose a los intereses egoístas de la cúpula militar de la Dirección General. Únicamente el apoyo que nos prestaron algunos grupos políticos de oposición consiguió moderar el tono del articulado, manifiestamente injusto y discriminatorio con una promoción interna que, aunque no lo parezca, también está representada por el mismo Director General.
El amparo que presta a esta política cainita fomenta, en perjuicio de la Institución, una división de intereses que lastra sobremanera la evolución y progreso de la Guardia Civil como Fuerza y Cuerpo de Seguridad del Estado. El caso más elocuente lo tuvimos no hace mucho, cuando una Orden Ministerial equiparaba a los subinspectores de Policía con el nivel de grado universitario, por otro lado un ejemplo más que admirable de cómo reconocer a la promoción interna para beneficio de toda la Institución. En cambio, la Guardia Civil tuvo, una vez más, que ir a remolque y gracias a la presión de las asociaciones profesionales que clamaron ante semejante discriminación, se está trabajando en ofrecer una solución similar para los guardias civiles.
Podríamos citar muchos más ejemplos de agravios comparativos (alféreces, ascensos honoríficos en el ejército, consolidación de nivel en la policía, etc.) que denotan un alarmante abandono de la defensa de quienes representa pero preferimos no hacerlo y seguir trabajando.
La Unión de Oficiales no clama venganza sino justicia y, en consecuencia, una mejor Guardia Civil para todos. Para ello, creemos firmemente en la utilidad del Consejo de la Guardia Civil como herramienta para ello siempre que se respete la legitimidad y representatividad de sus miembros así como las normas que desarrollan su funcionamiento interno, otorgándole el papel que merece.
Sin embargo, los últimos acontecimientos ponen de manifiesto que la voluntad de la Dirección General es convertir al Consejo en una mera comparsa y para ello no duda en reprimir por vía disciplinaria cualquier forma de protesta o disidencia contra la peligrosa deriva que está tomando este foro de representación.
Quizás, por ello, conviene recordarle al Director General que por encima de todo está el debate, cuando es posible y hay voluntad de diálogo entre las partes y que, lo contrario, no son caprichos infantiles, sino la imposición y el autoritarismo; especialmente cuando se tienen todos los recursos para ello.
UNIÓN DE OFICIALES GUARDIA CIVIL (UO)